¿Estás en la mejor edad para el sexo?

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¿Cuántas veces has oído los de “ya estas mayor para hacer….”; “Esas cosas se hacen antes de los…”; “Si te sientes joven eres joven…”?

 

Es cierto que la edad es sólo un número, pero a la hora de practicar sexo o al menos algunas posiciones y prácticas puede tener cierta importancia, aunque en general, nuestro consejo es: disfruta de tus relaciones tengas la edad que tengas.

 

Pre-historia

 

Antes de llegar a la edad de “despertar sexual” pasamos una etapa de descubrimiento en la infancia, e curiosidad por las sensaciones, sin ninguna carga erótica y que forma parte del desarrollo natural. Después, antes de llegar a la efervescencia de la adolescencia, se suele pasar una fase de desinterés, que también forma parte del desarrollo natural, con la llegada del autoconocimiento, llegan las vergüenzas y el reparo en mostrarse o sentir cosas diferentes.

 

En la adolescencia las hormonas se desatan y nuestros cuerpos se desarrollan y llega la atracción sexual y de su mano los complejos, la confusión de emociones, sentimientos y necesidades. Siendo el proceso diferente en cada persona, los chicos suelen vivir esta etapa de una manera diferente que las chicas. Es una fase en la que nuestros cuerpos piden algo que la sociedad niega: información; conocerse, descubrir qué todo eso nuevo que me está pasando y les está pasando a los demás. Queda mucho camino por hacer en el terreno de la educación sexual en esta fase y muchos problemas a posteriori se podrían detectar y atajar si se aceptase y no se hiciera de ello un tabú.

 

Hagamos un repaso por el sexo cuando tenemos…

 

20 años

 

El sexo al principio puede ser muy excitante, pasional y aventurero pero también está lleno de complejos, muchas personas a los veinte se sienten inseguras de sus cuerpos, de sus movimientos o de su experiencia (mucha o poca) y eso puede tener cierta influencia en las relaciones sexuales y sobre todo en el disfrute de las mismas. Además, no suele ser habitual tener una pareja de larga duración en la juventud, por lo que el conocimiento de la pareja y la complicidad son menores que en otras edades.

 

Sin embargo, la energía física, la capacidad de relacionarse y conocer nuevas personas son un punto a favor en el sexo durante los 20.

 

 

30 años

 

Durante los 30 hemos aprendido a querernos, a disfrutar de nuestro cuerpo y del de nuestras parejas, y nuestra energía no ha disminuido apenas. Sin embargo, han comenzado las preocupaciones del día a día, el estrés laboral y/o familiar, la falta de tiempo y en ocasiones la falta de parejas estables.

 

Esta conjunción de factores nos puede llevar a abusar de redes sociales y aplicaciones para conocer parejas y por tanto aumentar el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad de transmisión sexual.

 

40

 

En los 40 nos conocemos y estamos seguros de nuestros cuerpos y nuestras curvas, también conocemos a nuestras parejas o estamos conociendo nuevas relaciones, quizás hemos perdido un poco de forma física, pero en general nos sentimos cómodos en nuestras relaciones. Tanto hombres como mujeres sabemos qué nos gusta, qué posiciones nos producen más placer, qué hacer y qué no hacer y sobre todo hemos perdido los nervios del principio de nuestras aventuras sexuales.

 

Quizás los problemas familiares o de trabajo nos quiten energías pero estamos en una muy buena edad para practicar sexo, sin complejos, sin restricciones, con pareja o solas.

 

 

50

 

A esta edad, nuestro cuerpo ha empezado a dejar de ser tan firme y quizás tengamos un poco más de grasa, un poco menos de pelo, etc… pero seguimos disfrutando del sexo sin complejos, quizás incluso con un nuevo amor o con nuestro amor de toda la vida, redescubriendo nuestro cuerpos siempre en evolución.

 

Ahora disfrutamos de verdad de los pequeños placeres, un buen vino, una buena cena y un buen orgasmo nos aportan grandes satisfacciones que disfrutamos intensamente.

 

60

 

La jubilación está aquí y con ella todo nuestro tiempo para vivir y disfrutar de la vida sin el agobio laboral, con los hijos mayores y quizás sin nietos. Con todo el tiempo para nosotros y la casa sola podemos permitirnos explorar y disfrutar sin complejos de nuestras relaciones. Quizás más pausadas, quizás más espaciadas, pero vividas y disfrutadas intensamente.

 

 

Más allá

 

Pasados los 60 hay sexo, y de buena calidad. No tenemos la energía de los 20 ni las carnes prietas de los 30 ni la seguridad de los 40 pero tenemos mucha más experiencia que los de 50 y sobre todo, sabemos que aún nos queda vida por delante y que cada día que pasa es un día perdido. 

 

Todos hemos oído historias de viejitos que se escapan de la residencia para ver un concierto o para pasear con sus nuevos amores, y es cierto: en las residencias de la tercera edad ven muchas nuevas parejas y mucho amor.

 

Nunca es tarde para tener un buen sexo, ni nunca se es lo suficientemente mayor como para renunciar a un gran orgasmo.

 

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