Transexualidad

El concepto de transexualidad

Se entiende por transexual aquella persona que siente la existencia de una incongruencia continuada en el tiempo entre su sexo biológico y su identidad de género. Esta incongruencia suele provocar en la persona el deseo de iniciar un proceso de transformación con el fin de vivir de acuerdo con el género sentido como propio, empleando para ello elementos como la hormonación y la cirugía.(Aunque no tiene porque emplearlos) 

¿Por qué a día de hoy se sigue considerando un trastorno psicológico? 

Al margen de cuestiones vinculadas a la tradición y las creencias de una parte de la población al respecto, el principal motivo por el que se ha considerado hasta el momento la transexualidad como un trastorno se basa en el concepto de disforia de género.

¿Ser Transexual implica que exista una disforia de género? 

La disforia de género se entiende como que muchas personas se sienten profundamente deprimidas e incómodas con su propio cuerpo, dado que no es algo que deberían tener, dado que no se alinea con su propia identidad de género. Este fenómeno psicológico puede conducir a un gran estrés y ansiedad, así como problemas de autoestima, depresión y ansiedad, y comportamientos que muestran aislamiento y auto-ocultación. Es por ello que la disforia de género sigue siendo un desencadenante del malestar relacionado con las personas transgénero en manuales diagnósticos como el DSM.

Sin embargo, la disforia de género no debe compararse con la transexualidad. No tienes que querer hacer la transición o vivir como el sexo opuesto para sentirte incómodo con tu rol de género asignado, al igual que no tienes que sentirte mal contigo mismo para hacer esa transición.

¿Qué es un proceso de transición?

El proceso de transición de roles para las personas transgénero es una serie de cambios graduales diseñados para vivir de acuerdo con su género percibido. Los encontramos de tipo íntimo, hechos solo a uno mismo o familia (la forma de reconocerse, visualizarse o nombrarse), a los más públicos: escuela, grupos de iguales, familia extensa, varios profesionales, administración...

Abarca varios aspectos: desde el nombre o el género del idioma que usamos, hasta la estética o la vestimenta. El paso final en esta transición será el reconocimiento legal, que permite identificar a las personas trans en todos los niveles en función de su género percibido.

Los estudios sobre menores que han sido apoyados en su identidad sentida y en sus procesos de transición realizados hasta el momento nos muestran que éstos presentan unos indicadores de salud mental muy similares a los de la población no trans en las mismas edades.

Por lo tanto, si el papel de la familia es clave en el desarrollo de sus hijos, en su adaptación positiva y en su capacidad de desenvolverse de manera saludable en la vida, parece que esto es aún más importante en el caso de los niños y las niñas transexuales.

Si bien la primera definición que veíamos (disforia de género) conlleva un malestar con el propio cuerpo, desde este último enfoque se apunta a que lo que realmente produce malestar no es la condición trans, sino el rechazo y la falta de aceptación del entorno a esta realidad.

Para padres y hermanos, el proceso al que se tienen que enfrentar no siempre es fácil. Las investigaciones nos dicen que generalmente se experimentan diferentes etapas, que incluyen conmoción, culpa, vergüenza, ira, problemas de comunicación, miedo al futuro, tristeza y más. Estas dificultades, junto con la incapacidad para hacer frente a las propias emociones, pueden conducir a graves problemas de aislamiento y depresión.

Sin embargo, la investigación también muestra que cada una de estas respuestas es parte de un proceso natural de adaptación a la realidad, sin embargo, con el tiempo experimentarás una tremenda sensación de fortaleza y crecimiento personal, e incluso orgullo.

De todos modos, está claro que no todos los procesos suceden de la misma manera. El ritmo, intensidad y duración de cada familia dependerá de la particularidad que presente cada familia, y de los recursos y herramientas que tenga a su alcance.

Desmintiendo mitos en Insinua T sobre la transexualidad…

Mito 1: Transexual y travesti es lo mismo

De todos modos, está claro que no todos los procesos suceden de la misma manera. El ritmo, intensidad y duración de cada familia dependerá de la particularidad que presente cada familia, así como de los recursos y herramientas de que disponga.

Mito 2: Trans y transgénero es una moda

El término transgénero todavía está estrechamente asociado con el proceso médico y la patologización, por lo que a muchas personas transgénero no les gusta usarlo. Algunas personas piensan que las personas transgénero son aquellas que se someten a cirugía y las personas transgénero son aquellas que no, pero esta es una distinción innecesaria que, en última instancia, solo conduce a la creencia de que una persona es más transgénero que otra.

Mito 3: Se les nota que son trans

¿No hay mujeres con vello facial o corporal, o niveles algo altos de testosterona? ¿No existen mujeres altas, con mentones afilados o musculadas? ¿No existen hombres cis bajitos, con caderas, imberbes?

Las personas trans son tan diversas como las personas cis, porque tienen rasgos asociados a su género, ya sea naturalmente o por hormonas, pero no invalida la identidad de la persona.

Mito 4: Las personas trans son todas homosexuales

El género y el sexo son cosas diferentes, la atracción o el deseo no es parte de lo que somos, sino de lo que amamos. Un ejemplo muy claro es: una noche que sales de fiesta y te gusta o atrae alguien físicamente... no le preguntas directamente qué genitales tiene. Y de la misma manera que existen personas cis que son gays, lesbianas, bisexuales o heterosexuales, una persona trans puede ser hetero, gay, lesbiana o bisexual.

Espero que os haya gustado el blog y que hayáis aprendido algo nuevo sobre este tema tan interesante, os dejo aquí un vídeo de Elsa Ruiz desmontando más mitos sobre las personas transexuales. (_https://youtu.be/7xJJLqvBX6E)