Las sábanas están revueltas, el cuarto en penumbra, el ambiente huele a sexo, el cuarto huele a su encuentro. Tirada en la cama, abrazada a la almohada nota su aroma, está feliz, pero siente que le falta algo, ¿porqué se ha tenido que ir? Sus encuentro son tan cortos, furtivos, intensos, no tienen más tiempo. Rememora el momento en que abriendo la puerta, vestida con su traje de trabajo, mirándola, la devoraba con la mirada.